LAURA PÉREZ BALLESTEROS

Punto y coma, ese signo gramatical que tantas veces se nos cuela y que inmediatamente borramos. Ese signo que pocas veces usamos porque nos resulta complicado acertar a continuación con una mayúscula, un espacio o un final de párrafo. Conocemos la coma y el punto, pero ¿alguien sabe para qué sirve el punto y la coma? Los hay que prefieren utilizar líneas en vez de paréntesis, pero casi nadie suele sustituir uno u otro signo por el punto y coma. 

 

Este proyecto recoge la importancia de este signo. Quizá no con la relevancia en cuanto a la escritura, pero puede que para la vida sea el caracter más importante. La vida está formada por muchas comas y quizá algún que otro punto, pero después del punto sigue la vida, y eso es lo complicado: volver a empezar un nuevo párrafo. 

 

Con el punto y coma es más fácil parar, coger aire y seguir. Los hay de todos los tamaños, más cuidados y menos, pero ¿acaso hay dos vidas iguales? Cada punto y coma es único e irrepetible, y eso es lo que hace que se conviertan en pequeños éxitos que van conformando nuestra existencia. 

 

Aunque no lo parezca la vida está llena de puntos y comas que debemos ir colocando según las circunstancias lo requieran. No siempre es fácil descubrir cómo colocarlos. Lo único importante es descubrir el cuando. 

 

La vida es un punto y coma contínuo que permite escribir con sosiego la mejor obra de uno mismo: nuestra propia vida.